SITIO ARQUEOLÓGICO A 10 kilómetros del puerto de La Libertad, El Salvador
martes, 9 de agosto de 2016
A 10 KILÓMETROS DEL PUERTO DE LA LIBERTAD. MONTE REDONDO
La derrota
cuscatleca en Cinacantan es uno de los marcadores en la dominación española en el territorio que ahora es El Salvador.
. “Algunos de los indios se despeñaron huyendo de miedo y otros mataron los españoles a espada”. 1525
Primer levantamiento indígena en Cuscatlán. Sin duda alguna, la conquista del peñol de Zinacantán por los españoles marcó el paroxismo de la resistencia de los denodados guerreros cuzcatlecos (Lardé y Larín, 2000).
Cinacantan
es uno de los sitios arqueológicos históricos más importantes y representativos en El Salvador. Su relevancia no solamente radica en que aquí ocurrió una de las batallas mejor documentadas entre españoles y nativos en nuestro territorio, sino también en que este acontecimiento puede considerarse como el primer levantamiento indígena en Cuscatlán. El lugar exacto donde ocurrió esta batalla fue olvidado y se mantuvo desconocido para los investigadores hasta que fue identificado en el año 1999 en un peñón sobre la cordillera del Bálsamo, municipio de Tamanique.
Tal y como lo afirma Lardé y Larín (2000), conocer la ubicación exacta del antiguo pueblo y fortaleza de Cinacantan es de vital interés en la reconstrucción histórica y los orígenes de la nacionalidad salvadoreña.
A 5 KILÓMETROS DE EL MAR: EL TUNCO, EL ZONTE . CERRO REDONDO
El sitio consiste en una formación rocosa arqueológicamente registrada como el peñón
de Cinacantan y cartográficamente conocida como cerro Redondo, siendo este el lugar
donde se agruparon varios pueblos pipiles que se defendieron contra el Ejército español
comandado por Diego de Alvarado, primo del Adelantado Pedro de Alvarado. Los rasgos
arqueológicos se extienden por tres kilómetros hacia el noroeste donde se encuentran
grupos arquitectónicos ubicados en las planicies sobre las mesetas. Hasta la fecha se
han identificado seis sectores con un total de 44 estructuras, aunque se evidencian
muchas fundaciones que probablemente fueron parte de edificios domésticos y que no
se incluyeron en el mapa que aparece en este estudio, por lo que en esta área podría
haber más de cien estructuras arqueológicas. Hasta la fecha de elaborar este documento,
Cinacantan es el sitio más extenso que se ha registrado en la cordillera del Bálsamo.
Este lugar no solamente es importante por su historia y relevancia arqueológica, sino
también por el potencial turístico que presenta. La imponente ubicación en las mesetas
sobre la cordillera hace de Cinacantan un sitio especial desde donde se aprecia el entorno
montañoso y hacia el sur el océano Pacífico. La constante y creciente afluencia turística
en la zona, especialmente a las playas cercanas como La Libertad, El Tunco y El Zonte,
hacen que este sitio arqueológico deba convertirse en un futuro parque arqueológico
singular, entre otros lugares del país, y de esta forma atraer a visitantes y expandir la
actividad económica desde la costa hacia las montañas en el interior.
A pesar de la poca investigación realizada en este sitio, su importancia es sobresaliente
y se convierte en un lugar único en nuestro país, ya que simboliza la resistencia indígena
y la implacabilidad española para imponer el nuevo orden occidental. La derrota
cuscatleca en Cinacantan es uno de los marcadores en la dominación española en el
territorio que ahora es El Salvador.
Ubicación
El sitio arqueológico Cinacantan se ubica en la cordillera del Bálsamo, a unos 5 km al
sur de Tamanique, departamento de La Libertad, a una altura promedio de 460 msnm.
(figuras 1 y 2). Las coordenadas del cerro Redondo, o peñón de Cinacantan, al extremo
sur del sitio son: 13º32’29.83”N, 89º23’30.55”O. Los restos arquitectónicos se extienden
sobre las mesetas entre los lugares actualmente conocidos como cerro Redondo, Pueblo
Viejo y Tarpeya. Para llegar al sitio se toma la carretera del litoral hacia el oeste del
puerto de La Libertad, y en el kilómetro 43 se toma la calle pavimentada hacia el norte
que se dirige al pueblo de Tamanique. Después de unos 6 km, se puede ver el cerro
Redondo al oeste de la calle pavimentada. El acceso es posible caminando desde la calle
pavimentada o por vehículo, tomando el desvío hacia el oeste cerca del caserío Tarpeya.
Las estructuras prehispánicas se encuentran en grupos separados, extendiéndose en un
área de 3 km hacia el noroeste del cerro Redondo hasta el norte del cantón y caserío
Tarpeya. Estos grupos arquitectónicos han sido denominados como sectores, ya que se
considera que todos forman parte del mismo sitio.
El levantamiento indígena.
Uno de los acontecimientos más importantes en la historia salvadoreña ocurrió en
Cinacantan. Poco tiempo después de que los conquistadores españoles habían fundado
la villa de San Salvador, en 1528, un grupo de pueblos indígenas se sublevó contra la
invasión conquistadora y ocupó el peñol de Cinacantan (cerro Redondo) como foco de
resistencia. En ese momento, San Salvador estaba ubicado al sur de Suchitoto en el valle
de La Bermuda; y los restos son conocidos actualmente como el sitio arqueológico de
Ciudad Vieja. La agrupación defensiva de pueblos indígenas hostiles en partes altas,
como formaciones rocosas o el empeñolamiento, como lo llamaban los españoles, era
una táctica defensiva común; y los documentos mencionan varios casos durante la
Conquista.
Diego de Alvarado
La sublevación indígena en Cinacantan tenía que ser sofocada, por lo que un
contingente español fue enviado desde San Salvador hasta la cordillera del Bálsamo. El
ejército punitivo era comandado por Diego de Alvarado y estaba formado por españoles
e indios aliados. Esta batalla puede ser considerada el primer levantamiento indígena en
la historia de Cuscatlán, puesto que sucedió cuando los españoles ya habían fundado un
asentamiento formal y se consideraba que el establecimiento de una ciudad era el inicio
en la imposición de una estructura social colonialista eurocéntrica. Al ser sofocado
el levantamiento, se marca el final de la resistencia indígena en Cuscatlán e inicia el
proceso de conquista paulatino, pero progresivo, que llegó a consolidarse pocos años
después.
Este evento ha sido resumido en la obra El Salvador: descubrimiento, conquista y
colonización de Jorge Lardé y Larín (2000), quien dedica tres breves capítulos a
Cinacantan. Sin duda, la documentación más completa la proporciona Rodolfo Barón
Castro en su obra Reseña Histórica de la Villa de San Salvador (1996), quien incluye un
capítulo titulado El peñol de Cinacantlán. Amaroli (1991) también presenta información
sobre este sitio y acontecimientos históricos basados en la Relación Marroquín.
Posteriormente, la “Historia de El Salvador”, Tomo I, incluye una breve sección sobre
este sitio y la rebelión indígena (Ministerio de Educación, 1994).
La batalla de Cinacantan es la culminación de una serie de eventos que ocurren poco
tiempo después de que se establece la villa de San Salvador en 1528. Los relatos más
sobresalientes acerca del encuentro bélico fueron proporcionados por algunos testigos
presenciales; pero Bartolomé Bermúdez y Miguel Díaz Peñacorba, quienes combatieron
bajo el mando de Diego de Alvarado, fueron los actores principales y nos han presentado
un resumen más extenso e interesante relacionado con el combate.
El origen del conflicto puede resumirse en las preguntas incluidas en las probanzas
realizadas a participantes de la batalla, en este caso, a Bartolomé Bermúdez, quien
responde:
Francisco de León, uno de los vecinos de San Salvador en esa época, nos proporciona
otra narración:
Gallardo Mejía, Francisco Roberto. El sitio arqueológico Cinacanta. Primer levantamiento indígena en Cuscatlán. Págs. 61-85.
Yten si saben & que salidos de la provincia de Guatemala, como dicho es, toda la
más parte de la tierra de guerra e si saben hacerles guerra e dársela como los de
Guatemala así a los indios de la costa del sur como a los de la tierra adentro, e
si saben que toda la mas parte de esta dicha tierra vino a dar la obediencia a su
Real majestad, e si saben que después de haber dado la obediencia a su majestad
se rebelaron e nos mataron un español e muchos indios amigos e nos vinieron a
matar estando poblados en esta dicha villa e si saben que salimos a ellos e les
dimos la batalla e volvieron huyendo e se metieron en un peñol muy fuerte; diga lo
que sabe.” (Barón Castro, 1996:104).
Todo indica que, una vez se estableció la villa de San Salvador en el valle de La
Bermuda, una de las expediciones que fueron enviadas para pacificar el territorio
cuscatleco, y probablemente para subyugar pueblos de encomienda, fue atacada por
los nativos, causando la muerte de un español y de indios aliados que lo acompañaban.
El resultado fue una insurrección aborigen y la consecuente necesidad de sofocarla por
parte de los españoles.
Cuando el ejército español, comandado por Diego de Alvarado, llegó a Cinacantan
desde San Salvador, se encontró con varios pueblos (tres o cuatro) indígenas aguerridos
y agrupados sobre una formación rocosa (cerro Redondo) prácticamente inaccesible.
Afrontar el peñol debió ser un verdadero reto para los españoles, ya que está rodeado
de acantilados; y el lugar que presenta el acceso más fácil a la cúspide es en lado
norte, donde inician los grupos de estructuras prehispánicas y donde debió estar mejor
defendido. Bartolomé Bermúdez describe su participación en el ataque:
XI.- Yten si saben &, que el dicho Diego de Alvarado, e la más parte de los españoles que
estábamos con él, fuimos haciendo guerra a poner cerco al dicho peñol de cinacantlán,
e si saben que el día que allegamos al dicho peñol, acometimos dos veces, e la primera
nos derrocaron a pedradas e a bote de picas del peñol abajo, e si saben ser yo, el dicho
Bartolomé Bermúdez, uno de los que vinieron rodando: digan lo que saben.
XII.- Yten si saben que los acometimos otra vez por otra parte doce o trece españoles,
con el dicho capitán, e si saben que con galgas e piedras de mano e flechas, nos hicieron
recaer, las armas rotas, por muchas partes, e heridos todos los más de los que allí
estábamos, e si saben ser yo, el dicho Bartolomé Bermúdez, uno de los delanteros: a
todo lo suso dicho digan lo que saben.
XIII.- Yten si saben &, que estando como dicho es, el capitán e la más parte de nosotros
heridos, e sin haber remedio de poderles ganar el peñol, e si saben que yo, el dicho
Bartolomé Bermúdez, viendo el peligro en que estábamos e el gran deservicio de dios
e de su Real Majestad que se seguía si no se ganase el dicho peñol, e si saben que hice
una escala o argumento de madera y lo puse al pie del peñol, e si saben que como los
enemigos vieron el ingenio de madera, dejaron de tirar flechas e piedras e de dar grita;
digan lo que saben. (Ibid:108).
En este relato Bermúdez menciona que el día de la llegada al peñol los españoles
acometieron dos veces, pero fueron repelidos en ambos intentos. En el primer ataque
fueron vencidos “a pedradas e bote de picas”, y que en el segundo intento fueron entre
A la décima pregunta dijo que, lo que sabe es, desta pregunta, que cuando vinieron
a poblar esta villa, los más pueblos vinieron de paz, e estando de paz el Capitán
Diego de Alvarado envió un español a un pueblo e se lo mataron, con ciertos
indios amigos, e toda la más parte de la tierra vino sobre el capitán e la gente
de españoles a los matar, e salieron a ellos e mataron gente dellos, e les huyeron,
e que esto sabe desta pregunta; e a lo del peñol, que desde a un mes poco más o
menos fueron al peñol e fallaron ciertos pueblos metidos en él. (Ibid:104).
doce y trece españoles, acompañados por el capitán Alvarado, los que atacaron (sin
duda estaban acompañados por varios indios aliados, que no se mencionan en los
documentos), pero nuevamente fueron vencidos a flechazos, pedradas y con “galgas”.
Ante esta crítica situación, Bermúdez construyó un “argumento de madera”, y que
al verlo los indios dejaron de tirar flechas. En ese momento salió uno de los señores
indígenas que estaban en el peñol y les dijo a los españoles que regresaran a la villa, que
ellos se pondrían al servicio de su majestad:
Es claro que, según el relato de Bermúdez, su aparato guerrero impresiona a los
indígenas, a tal grado que dejan de lanzar proyectiles a los españoles. Al cesar el ataque
temporalmente sale uno de los señores nativos para negociar, entablando conversación
con Miguel Díaz Peñacorba, quien habría sido versado en la lengua náhuatl. Esto
demuestra que por lo menos uno de los tres o cuatro pueblos que estaban empeñolados
era pipil, por lo que esta era la etnia predominante en Cinacantan y probablemente en
los asentamientos circundantes. El líder indígena les dice que regresen a la villa de San
Salvador, ya que ellos se rendirán y se pondrán bajo el servicio de su majestad. Los
españoles saben perfectamente que esto es un truco y deciden finalizar el combate con
la ayuda del castillete móvil, llegando a la cima y haciendo gran matanza.
Esta armazón ofensiva protege a los conquistadores de las flechas, lanzas, “picas” y
pedradas, logrando así llegar a la cima del peñol donde acometen contra los pipiles con
armas de fuego, ballestas y espadas, matando gran cantidad de enemigos. “Algunos de
los indios se despeñaron huyendo de miedo e otros mataron los españoles a espada”
(Ibid:109). Es difícil determinar la forma y estructura de este aparato, pero el testigo
Juan Duarte lo describe como “una burra”, para que los ballesteros llegasen hasta
la cima. Francisco de León menciona que “…hizo un burro e manta para defensa e
arrimarse a ella, por lo que las flechas del peñol no hiciesen daño, e que los indios
desde a poco vinieron en paz, e que era opinión entre los españoles que de miedo de
la defensa del burro, habían venido en paz”. Barón Castro lo describe muy bien como
“una especie de castillete móvil”. No es difícil imaginarse una armazón de madera
cubierta con una manta de algodón que permitiera ser sostenida y manipulada por los
conquistadores, quienes se protegían llevando listas sus ballestas, arcabuces y espadas.
De esta forma repeliendo las pedradas, flechazos y lanzas arrojadas desde la cima
mientras los atacantes se protegían debajo de la armazón al mismo tiempo que avanzaban.
Bermúdez también menciona una “escala”, lo que sugiere la construcción escaleras,
que habrían facilitado el acceso a las partes más altas del peñol, siendo protegidos por
el rudimentario pero eficiente aparato móvil. La construcción de escaleras, aparte del
aparato móvil, se fundamenta en el escudo de armas concedido por Carlos V en 1537 a
Gallardo Mejía, Francisco Roberto. El sitio arqueológico Cinacanta. Primer levantamiento indígena en Cuscatlán. Pág. 61-85.
…luego a poco de rato salió un señor de los que dentro en el dicho peñol estaban,
e dijo al capitán que nos volviésemos a la villa, que ellos querían servir, e si
saben que les mandó el capitán que descendiesen del dicho peñol e que dicen la
obediencia a su majestad y ellos no quisieron dejarla fuerza sino ordenar traición,
como dicho es, e si saben que subimos el capitán e diez españoles e los derribamos
del dicho peñol, e matamos muchos cantidades de ellos, e si saben ser yo, el dicho
Bartolomé Bermúdez uno de los delanteros que con el capitán subió… (Ibid:108).
Bartolomé Bermúdez, donde aparecen dos escaleras a la par de un peñol dorado (figura
12) (Barón Castro, 1996).
El 10 de julio de 1538, Miguel Díaz Peñacorba, el otro actor principal en la batalla
expone su versión del ataque:
VII. – Si saben, vieron, oyeron decir, que andando conquistando en los términos desta
villa de San Salvador, llegamos a un muy fuerte peñol de dicen Cinacantlán donde de
los dos primeros acometimientos, que en términos de dos horas hicimos, fuimos heridos
y despeñados la mayor parte de los españoles y que habiéndonos retirado a posar,
porque ya no estábamos para la tomar a acometer, así por estar heridos y maltratados
como por ser muy fuerte, yo, aventurando mi persona, me allegué solo al pie de la
peña, y allí tuve plática con un Señor de los contrarios y me tomé adonde el Capitán
Diego de Alvarado me quedaba esperando, y aquel Señor, y después otros salieron, y
dimos orden como para concierto: entramos seis españoles desarmados en el peñol, y
aunque conocimos a la traición de los enemigos, que estaban para nos matar, subimos
llevando nuestras armas, secretas, siendo yo de los españoles el primero que subió,
y luego subieron otros, por que por la entrada habíamos de subir uno a uno y no
podíamos más, y tuvimos el peñol, hasta que del Real fuimos socorridos y fue ganado;
muy gran número de enemigos muertos sin muerte de ningún español, y la tierra toda
se dio al servicio de su Majestad, lo que no hiciera sin esta orden, y llegado al peñol, yo
no hubiera, porque era imposible los que en la tierra estábamos, ganarlo por fuerza…
(Ibid:110).
Entre los datos interesantes mencionados por Miguel Díaz Peñacorba, vale la pena
resaltar la forma en que describe el ataque final al peñol. En este relato Peñacorba
dice que habló con uno de los señores indígenas y que posteriormente regresó donde
se encontraba esperando Diego de Alvarado. Según la versión de Bermúdez, parece
que el castillete móvil impresionó a los indígenas y motivó al encuentro entre uno
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2014, AÑO 4, Nº 5, ISSN 000-0000, ISSNE 0000-0000
de los “señores principales” y Peñacorba. Al dar la orden de ataque, un número muy
reducido de españoles penetró a la cúspide del peñol llevando “armas secretas”. Según
este relato, el lugar por donde ingresó Peñacorba y sus soldados es un trecho por donde
había que subir uno a uno, ya que era muy angosto. El único lugar identificado que
tiene estas características es el extremo noroeste del cerro Redondo. En este lugar hay
una extensión rocosa en forma de alfarda angosta que facilita el acceso a la cúspide del
peñol (figura 13). Este es el único lugar por donde Peñacorba y sus soldados pudieron
ingresar al área defensiva e hicieron matanza entre los indios. Una vez tomado el peñol,
Cinacantan fue subyugado como pueblo encomendero para que rindiera tributo; y es
muy probable que este asentamiento y los pueblos que se conglomeraron para la defensa
de este lugar se convirtieran en el origen del poblado de Tamanique, que apareció
muchos años después, debido al reordenamiento de los poblados indígenas por
parte de los españoles, esto en base a su topónimo. En 1541 el rey Carlos V concedió a
Miguel Díaz de Peñacorba un escudo de armas por su valiente participación en la toma
del peñón
Desafortunadamente, todas las fuentes de información vienen de los españoles,
por lo que probablemente nunca tendremos la versión indígena de este suceso. Los
actores principales de la batalla fueron sin duda Bartolomé Bermúdez y Miguel Díaz
Peñacorba, ambos bajo el mando de Diego de Alvarado; y es gracias a ellos y otros
testigos presenciales que ahora tenemos conocimiento de esta importante batalla.
La toma del peñol de Cinacantan fue uno de los acontecimientos más importantes en la
historia de la conquista del territorio y merece un puesto privilegiado entre los eventos
que han formado la identidad salvadoreña. Tal y como lo describe Lardé y Larín: Sin
duda alguna, el triunfo de las armas hispanas en el peñol de Zinacantan marcó la
consolidación de la colonia en la villa de San Salvador y dejó libres a sus denodados
pobladores para emprender, en nombre de Dios y de sus Majestades Católicas, la
conquista de los pueblos chontales…”.
La información documental y la arqueología forman una buena idea de cómo se desarrolló
este acontecimiento. Cinacantan es sin duda una de las batallas más emblemáticas y más
conocidas durante la conquista de Cuscatlán. Todavía existe mucha documentación que
no ha sido consultada y que complementará el rompecabezas que se ha logrado armar
hasta ahora.
La Relación Marroquín
Una vez fue tomado el peñol por los españoles, los indígenas
Origen del nombre de Zinacantán. MÉXICO
Según un antropólogo: Robert Lauhgling, el nombre de esta región también se conocía conel nombre de
Ik'al Ojov
(Señor Negro), pero el nombre cambió por el de
Sots'leb
(Lugar demurciélagos) por que se encontraba ahí una cueva de murciélagos que fueron deificados por naturales del lugar, decidiendo darle este nombre. Sin embargo, no se sabe a ciencia ciertacuánto de histórico tenga este relato que bien podría tratarse de una leyenda.Sea como sea, el nombre del pueblo en la propia lengua es "Sots'leb" que significa "Lugar de Murciélagos" (Sots': murciélago y leb: locativo). El nombre "Zinacantán" es de origennáhuatl y tiene el mismo significado. En realidad, la forma correcta en náhuatl clásico es"Tzinacantln" sólo que en esta región del país (sureste mexicano) los toponímicos nahuassuelen elidir la "l" de la desinencia "-tlan" ("lugar donde abunda...", "lugar de...", etc.) cfr.Comitán por "Comitlán", Amatán por "Amatlán", Chalchihuitán, por "Chalchihuitlán",Huixtán por "Huixtlán", etc.Aunque los nativos siguen llamando "Sots'leb" al pueblo y municipio, el nombre oficial esZinacantán, pues los primeros conquistadores españoles venían acompañados de aztecas ytlaxcaltecas que iban traduciendo al nahuátl para espa
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